MONICIÓN DE ENTRADA
La liturgia de este domingo comienza con una
palabra alentadora y llena de esperanza. Esta palabra es: «Alégrate»… Y la
razón para llenarnos de este gozo es muy clara también: Dios es rico en misericordia.
Estando ya muy cerca de las celebraciones pascuales, acojamos generosamente en
nuestras vidas a nuestro Redentor Jesucristo, el Amor que nos transforma y la
luminosa Verdad que nos salva
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.- Por la Iglesia peregrina.
Que el camino por el desierto de la Cuaresma la conduzca hacia la plena luz de
la Pascua. Roguemos al Señor.
2.- Por los niños y niñas,
jóvenes y adultos que recibirán el bautismo a lo largo de este año. Que, con la
ayuda de sus padres y padrinos, crezcan en la fe y el amor de Jesús. Roguemos
al Señor.
3.- Por los cristianos que
viven en países en los que son perseguidos. Que la pasión de Cristo les dé
fortaleza en su pasión. Roguemos al Señor.
4.- Por la tierra de
Palestina, la tierra de Jesús. Que pueda ser un lugar de paz, de concordia, de
justicia. Roguemos al Señor.
5.- Por nuestro mundo. Que en
todas partes sea respetada y promovida la inalienable dignidad de cada persona
humana, más allá de su origen, raza o religión. Roguemos
al Señor.
6.- Por todos nosotros. Que, fijando nuestra mirada en Jesús, vivamos con intensidad este tiempo de conversión y renovación. Roguemos al Señor.
OFRENDAS
1. Con el pan y con el vino, queremos dar las
gracias a Dios por la fiesta de la eucaristía. Todos los domingos, después de
reconocer nuestros pecados, él hace una gran fiesta; el Señor convierte el pan
y el vino en su cuerpo y en su sangre que nos alimenta y ayuda a descalzarnos
para ser buenos sarmientos suyos.
2. Señor, te presentamos nuestra colecta y un medicamento, porque
pensamos que es un buen signo de la misericordia, que tú mismo tienes para con
nosotros y nosotras, y que podemos tener en nuestra vida de cada día. Queremos
ser eso: medicina para los otros y las otras. Bálsamo y aceite que curen las heridas
de los y las demás. Mera capacidad de escucha, que alivie y aligere los
problemas de los otros y de las otras. Y lo queremos hacer a imagen de tu Hijo
Jesucristo, tal como Él lo hizo antes y lo hace ahora con nosotros y con
nosotras.
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