Queridos vecinos y vecinas de la Hoya de Ana Díaz:
Gracias a Dios, y al esfuerzo de muchas personas, podemos disfrutar en estos días de varias jornadas de fiesta. Cada año son más y más los requisitos y permisos que se requieren para garantizar la seguridad y el buen desarrollo de cada una de las actividades programadas. Por lo que, vaya por delante, mi gratitud a todos los hombres y mujeres, que sortean dificultades y se unen para que las fiestas no se pierdan y se sigan manteniendo en el tiempo.
Todo esto pone de manifiesto que lo importante en estos tiempos donde abunda el individualismo y la indiferencia, sea fomentar el encuentro, el diálogo, la diversión, la escucha de la Palabra de Dios y la participación en el banquete de la Eucaristía, para no perder de vista el sentido comunitario y de pertenencia.
Todas las personas que se acerquen en estos días podrán descubrir el amor de un barrio a su patrón: San Fermín. Y al mismo tiempo, sentirán como cada uno de nosotros como creyentes tenemos la misión de ser auténticos discípulos misioneros del evangelio. Estamos llamados a anunciar que Dios nos ama y nos llama a crear una nueva humanidad basada en el amor, la acogida, el servicio y la generosidad.
Seamos valientes y decididos como San Fermín, que, leyendo y meditando la Palabra del Señor, sacó las fuerzas para convertirse en un fiel ejemplo del amor de Dios en sus palabras y en sus acciones despertando en otras personas la pasión por ser seguidores de Cristo y anunciadores del evangelio. Por eso le hacemos fiesta. Porque es un modelo que debemos conocer e imitar.
Ruego por todas las personas que viven en el barrio de la Hoya de Ana Díaz, para que tengan la experiencia de experimentar cada día la cercanía del amor de Dios, capaz de darnos la alegría y la pasión que tuvo nuestro patrón.
Gabriel
Vuestro párroco.
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