La importancia de la limosna



 Pistas Formativas 

Benedicto XVI animó a los cristianos a abrazar la limosna durante la Cuaresma, así como en otras épocas del año.

Al acercarnos a los demás a través de la limosna, nos acercamos a Dios; puede convertirse en instrumento de auténtica conversión y de reconciliación con Él y con los hermanos.

«La limosna nos enseña la generosidad del amor. San José Benito Cottolengo recomienda tajantemente: «Nunca llevéis cuenta de las monedas que deis, porque esto es lo que siempre digo: si al dar limosna, la mano izquierda no ha de saber lo que hace la derecha, entonces la derecha la mano tampoco debe saber lo que hace por sí misma». 

La Cuaresma nos invita a «educarnos» espiritualmente, también a través de la práctica de la limosna, para crecer en la caridad y reconocer en el pobre al mismo Cristo. En los Hechos de los Apóstoles, leemos que el Apóstol Pedro le dijo al lisiado que estaba pidiendo limosna en la puerta del Templo: «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo el Nazareno, anda» (Hch 3,6). Al dar limosna, ofrecemos algo material, signo del mayor don que podemos impartir a los demás mediante el anuncio y el testimonio de Cristo, en cuyo nombre se encuentra la verdadera vida.

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