Con frecuencia los lectores buscan una cita de los Salmos en algún subsidio litúrgico y se dan cuenta, con fastidio, que dicha numeración no coincide con la de su Biblia. Por ejemplo, en una celebración penitencial se recomienda leer el Salmo 50, el Miserere («misericordia, Dios mío, por tu bondad...»); pero, cuando el lector lo busca en su Biblia, resulta que el Salmo 50 es otro, y que el Miserere viene numerado como Salmo 51. ¿Qué ha pasado?
Las biblias (la Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal, la Biblia de Jerusalén, la Casa de la Biblia, etc.) suelen seguir la numeración de la Biblia hebrea; mientras queen la liturgia se sigue la numeración de la Biblia griega, que fue después la que adoptó entre las dos tradiciones: por ejemplo, los salmos 9 y 10 de la Biblia hebrea se funden en uno solo en la Biblia griega (el salmo 9), y eso hace que cambie la numeración de los posteriores.
Lo más fácil para el lector será darse cuenta de que normalmente las Biblia traen dos numeraciones, un número y después otro entre paréntesis. Por ejemplo, el Miserere es el Sal 51 (50). El primer número corresponde a la Biblia hebrea y suele ser el citado en la mayoría de los libros académicos o de lectura divulgativa. El segundo número, entre paréntesis, corresponde a la Biblia griega y es el seguido por la liturgia y la mayor parte de los documentos eclesiásticos.
“Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor”
(Efesios 5,19)
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