PISTAS FORMATIVAS
El presbítero debe ser, en su relación con todos los hombres, el hombre de la misión y del diálogo. Enraizado profundamente en la verdad y en la caridad de Cristo y animado por el deseo y el mandato de anunciar a todos la salvación, está llamado a establecer con todos los hombres relaciones de fraternidad, de servicio, de búsqueda común de la verdad, de promoción de la justicia y de la paz. En primer lugar con los hermanos de las otras Iglesias y confesiones cristianas; pero también con los fieles de las otras religiones; con los hombres de buena voluntad, de manera especial con los pobres y los más débiles, y con todos aquellos que buscan, aún sin saberlo ni decirlo, la verdad y la salvación de Cristo.
Número 17 de la Exhortación Apostólica PASTORES DABO VOBIS de San Juan Pablo II.
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