Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 5, 1-8
No confíes en tus riquezas, ni digas: «Con esto me basta».
No sigas tu instinto y tu fuerza, secundando las pasiones de tu corazón.
Y no digas: «Quién puede dominarme?», o bien: «Quién logrará someterme por lo que he hecho?», porque el Señor ciertamente te castigará.
No digas: «He pecado, y ¿qué me ha pasado?», porque el Señor sabe esperar.
Del perdón no te sientas tan seguro, mientras acumulas pecado tras pecado.
Y no digas: «Es grande su compasión, me perdonará mis muchos pecados», porque él tiene compasión y cólera, y su ira recae sobre los malvados.
No tardes en convertirte al Señor, ni lo dejes de un día para otro, porque de repente la ira del Señor se enciende, y el día del castigo perecerás.
No confíes en riquezas injustas, porque de nada te servirán el día de la desgracia.
Salmo de hoy
Salmo 1 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 41-50
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros».
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