Ayúdanos a creer con mayor confianza en el bien

 


Oh Madre Inmaculada,

que eres signo de esperanza y consuelo para todos, ayúdanos a dejarnos atraer por tu pureza inmaculada.
Tu belleza Tota Pulchra, como cantamos hoy, nos asegura que la victoria del amor es posible; de hecho, que es cierta.
Nos asegura que la gracia es más fuerte que el pecado y que, por lo tanto, es posible la redención de cualquier forma de esclavitud.

Sí, oh María, ayúdanos a creer con mayor confianza en el bien, a apostar por la gratuidad, por el servicio, por la no violencia, por el poder de la verdad.

Anímanos a estar alerta, a no caer en la tentación de las evasivas fáciles, a afrontar la realidad y sus problemas con valentía y responsabilidad.
Eso hiciste tú, una joven llamada a jugárselo todo por la Palabra del Señor.

Sé madre amorosa para nuestros jóvenes, para que tengan la valentía de ser “centinelas de la aurora”,
y da esta virtud a todos los cristianos
para que sean el corazón del mundo en este difícil período de la historia…
¡Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, Salus Populi Romani, 
ruega por nosotros!.

Benedicto XVI.

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