Rostros de la Esperanza




PISTAS FORMATIVAS 



1. PRESENCIA junto al que sufre. Es muy importante estar donde está la gente. Pero también aprender a "saber estar". 

2. COMPASIÓN. Sentir que se nos remueven por dentro las entrañas provocando en cada persona una conmoción que nos pone en movimiento. Parábola del Buen Samaritano o del Padre Misericordioso. 

3. ACOGIDA. Es la aceptación incondicional -sin condiciones- de la otra persona que abrazas por completo: alegrías y penas; errores y éxitos.  ¡Te quiero y te recibo cómo eres!. 

4. ESCUCHA. Es mucho más importante aprender a escuchar que a hablar. Las penas compartidas se dividen. Y las alegrías compartidas se multiplican. 

5. SILENCIO. Hoy hacer silencio -incomoda y molesta-. El silencio supone escucharte a tí mismo y escuchar la voz de Dios en tí. En este sentido, es necesario aprender lo que no se debe de decir, preguntar o hacer. ¡Cuántas preguntas imprudentes hacemos a las personas! que por educación no nos dicen: ¡Vete a coger fresco!. 


6. COMPRENSIÓN. Mirar las cosas desde la mirada del otro. Ponerse en su lugar muchas veces hasta poder comprender su situación. Mientras no se hace, se critica, se prejuzga, etc. La comprensión se ejercita siendo empáticos con el otro y conociendo profundamente al otro en lo esencial y no en lo superficial. 

Se necesita comprender la Cruz del otro para ayudarle. 

La incomprensión tiene dos caras: ¡No me comprenden! y ¡No comprendo!. 


7. DISPONIBILIDAD. La otra persona que pasa por una situación compleja en la vida, debe de saber que tú estás dispuesto al 100% para ayudar de verdad. No para quedar bien. ¡De verdad!. ¿En qué te puedo ayudar? ¡Estoy para lo que necesites!. 


8. RESPETO. A la persona del otro y al ritmo del otro. Manifestar el respeto a la otra persona es valorarle en su totalidad. 


8. ORACIÓN. Rezar con la otra persona o por ella. 

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