La santificación del trabajo humano. Reflexión del lunes.

 

El trabajo no sólo es un medio de santificación personal, sino también de santificación de los demás. El trabajo es un campo de apostolado, donde el cristiano puede dar testimonio de su fe y de su amor, y donde puede transmitir el mensaje del Evangelio a sus compañeros y amigos. El trabajo es también un instrumento de apostolado, que el cristiano puede poner al servicio de las necesidades de la Iglesia y de la sociedad. El trabajo es, finalmente, un fruto de apostolado, que el cristiano puede ofrecer a Dios como una ofrenda de alabanza y de acción de gracias.








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