Carta Pastoral de la Semana Santa 2024: "El Padre nos busca a través de su Hijo"

 


A mis queridas Comunidades Parroquiales y Casa de Acogida Jesús de Nazaret:

Voy descubriendo poco a poco, a medida que camino a vuestro lado, el sentir de Dios, en este nuevo destino y cuál es su voluntad. Voy percibiendo como el Señor nos recuerda a todos que lo que somos es por Dios mismo y porque su Gracia nos sostiene. Si no fuera por su Gracia, quizás estuviéramos lejos del corazón del Padre y de la misma comunidad cristiana. ¡No nos creamos mejores que los que no vienen a la Iglesia o no participan de la misma!. 

Hoy, como siempre, el Señor nos recuerda: a los de lejos y a los de cerca, que nos viene a buscar a través de su propio Hijo. Y nos lo dice  a todos. También a los de dentro porque podemos estar en la comunidad cristiana, pero lejos, distantes, "quemados o chamuscados, porque no se nos hace el gusto". Tantos cristianos insatisfechos que están mirando cada día, su propio "ombligo", siendo autorreferenciales, infantiles, y, a medio hacer. 

La Cuaresma como itinerario de preparación al Triduo Pascual, en el que aún estamos, hasta el mismo Jueves Santo, nos ayuda a que descubramos, que lo esencial de nuestra vida, lo que da identidad a cada uno de nosotros como cristianos, no son nuestros errores o nuestros pecados. ¡No!. Estaríamos totalmente equivocados si pensáramos de esta forma. Seríamos unos cristianos con un corazón tipo: "tijeras", "muro", "aquí se hace lo de siempre" y de "brazos cruzados". Quien está herido en la Iglesia pasa toda su vida hiriendo, criticando a los demás, sin verse sus pecados y errores.  Quien está feliz en la Iglesia, siempre andará en un amor que ni cansa, ni se cansa. Quien se instala en la queja en la Iglesia, ni es feliz, ni hará feliz a nadie. Decía el santo Cura de Ars: ¡Quita la envidia de los cristianos y salvarás al mundo!. Es lo peor que puede existir en una parroquia.   Hay personas que llevan en una parroquia tantos años, como las hormigas, la carcoma y las arañas de las lámparas, pero sin sentir en su corazón el amor del Padre para brindarlo a los demás. Viven una religión del Antiguo Testamento: "cumplen y mienten", porque no han descubierto que cuando estamos en el pecado estamos en la esclavitud permanente. 

Lo esencial es descubrir que somos hijos de Dios, y por tanto hermanos!. Esto se descubre estando en Gracia. Y cuando estamos en Gracia, andamos en una vida nueva: resucitados, rejuvenecidos, abiertos, acogedores, implicando a todos en el trabajo comunitario, en la pastoral, en la evangelización. 

Escuchar la Palabra de Dios, y dejarse orientar por ella, siempre da vida a nuestro corazón. ¡Siempre!. Y nos hace  capaces de ver a Dios, como Padre, y no como juez. Y lo vemos hasta en lo más insignificante, sencillo, doloroso y costoso. 

Danos, Señor, en este tiempo santo del Triduo Pascual, luz para ser antorchas del amor. Para dar y llevar calor divino a tantas personas que te esperan y también a tantas que te rechazan.

Un abrazo fuerte para todos y para todas. A seguir caminando juntos siendo comunidades cristianas que acogemos a Cristo como al Rey y Señor de nuestro corazón. Estando dispuestos a dejarnos convertir por la Palabra de Dios para crecer por dentro y luego servir a los demás con una mayor entrega y generosidad. 

¡Vivamos en la ternura de Dios!.

Gabriel Benítez Pérez.

Cura-párroco y capellán de la Casa de Acogida Jesús de Nazaret. 

Icod de los Vinos, a 25 de marzo de 2024

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